¡Atención,! Aquí llega el mitote de cuandoquiero acerca de una psicóloga loca, loca. Resulta que María Alejandra Lafuente Casco, una psicóloga mexicana, hizo de las suyas en 2014 y se ganó un lugar en los titulares: ¡se le ocurrió asesinar a su marido y, para darle un toquecito de emoción extra, lo descuartizó con una motosierra! ¡Qué loco, ¿verdad?!
El crimen fue como inspirado de las series de culto evil dead: María Alejandra, con toda la calma del mundo, drogó a su esposo con benzodiacepina y luego le dio el tajo final. Pero eso no fue suficiente para ella, ¡no señor! Después de dejarlo en el otro barrio, agarró una motosierra y lo partió en pedacitos, como si estuviera preparando un festín. ¡Qué manera de resolver los problemas maritales!
Lo más curioso fue lo que hizo con los restos: ¡los esparció por las calles de la Ciudad de México como si fueran caramelos en una piñata! El torso por aquí, las extremidades por allá, y la cabeza y las manos escondidas en su propia casa. ¡Ni el mejor juego de escondidas te da tanto suspenso!
Pero como ya se la saben mis mitoteros , la justicia siempre llega, incluso para las psicólogas más «creativas». María Alejandra recibió una condena de 46 años y seis meses de prisión por homicidio y travesuras con los restos humanos. Y, además, supongo que tuvo que soltar la cartera para pagar la reparación del daño y los gastos funerarios. Porque, vamos, hasta las psicólogas tienen que enfrentar las consecuencias de sus «sesiones especiales». ¡aguas si van por Xalapa 2000!